Me define a ratos, pero no me constituye. Me complementa pero ¿realmente me es indispensable? Es parte de mí -eso está claro- pero no lo es todo. La moda interpreta un rol fundamental en mi vida, sí, sin embargo cada vez más me doy cuenta de que está más ligada a mis propósitos y anhelos, que a la temperatura de un lugar o al cambio de estaciones durante el año.
Con el tiempo su principal premisa ha pasado a ser canalizar esa necesidad de querer expresar algo; de establecer un precedente, de romper paradigmas o simplemente tratar de estampar mi sello dentro -y muchas veces fuera- de mi ambiente de trabajo. Aunque debo confesar que últimamente se ha vuelto también una especie de paladín ante los prejuicios.
Y es que vamos a ser honestos, utilizar esta cantidad de color y estampado en el cuerpo -sin importar donde te encuentres- te convierte en un blanco fácil para las miradas. En ellas, dependiendo de su tipo, se pueden representar nuestras más grandes inseguridades o verse reforzados aquellos atributos de los que nos sentimos orgullosos. Y esto, señores, hay que saberlo manejar (sobre todo para bien).
El simple hecho de llevar un outfit similar a este te convierte en un statement. En una enorme pancarta que dice “no me importa lo que pienses, yo me siento divino”. Y que debe ser llevada con una actitud regia; como si la acera fuese una freaking pasarela y tu cuerpo una especie de poncho impermeable ante el qué dirán.
Sí, lo sé, es más fácil decirlo que hacerlo. Poner lo anterior en práctica -sobre todo la última parte- resulta bastante cojonudo. Pero créanme, una vez que se atreven, la satisfacción es enorme. Porque no hay nada más sabroso que ser fieles a nosotros mismos, a esos caprichos que más que vanidosos, responden a una necesitad atragantada de hacerle ver a los demás que tu forma de verte y de asumir el mundo es tan válida como la de ellos.
De esta manera, con el pasar del tiempo, quizás puedes convertirte en un referente para aquellos que se sienten atados en un mundo de escala de grises. Defender y representar no solo una, sino varias banderas y quien sabe, incluso llegar a universalizar en cierto modo tus premisas ante aquello que te apasiona.
Creo que ahora, mucho más que nunca, es muy importante intentar darle voz y marcar un sendero para todo aquél que en algún momento de su vida ha sentido que sus gustos o preferencias han sido marginados o desacreditados. Pero pienso que es aún mucho más fundamental hacerlo desde el ejemplo.
¿Por qué? Porque es la forma más tangible de demostrar que es posible. Y al mismo tiempo nos brinda la oportunidad de reforzar nuestros principios y hacerle saber a quienes representan nuestros estandartes que son aceptados y bienvenidos en esta pluralidad de razas, tallas, sexo y colores que quiero creer es el mundo ahora mismo.
Así que espero que la próxima vez que abras el armario y decidas que ponerte, no solo pienses en qué tanto frío hará esa tarde o si realmente necesitas llevar esa gorra. Y le des uso a esa pancarta de huesos, músculos y grasita que tienes la suerte de tener :).
Un abrazo, espero no vuelva a pasar tanto tiempo sin leernos <3.
Traje: @opposuits
Zapatillas: @bershkacolletion
Locación: Marbella, España.